
Para Usted//
UJAT: Los Efectos de la Vejez//
Mario Gómez y González//
chayogomezg@hotmail.com
La competencia es un conjunto identificable y evaluable de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionados entre sí que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales de trabajo, según estándares utilizados en el área ocupacional.
Las competencias académicas, por su parte, se entienden como aquellas relacionadas con las capacidades para apropiar el conocimiento, interpretarlo, dar razones, explicar y generar nuevas ideas.
En la actualidad, las competencias académicas juegan un papel preponderante en el ámbito educativo. Hablar de “Educación basada en competencias” implica cambios radicales en el quehacer educativo, cambios desde la orientación social de la práctica educativa.
La educación, como práctica social-para el tema que nos ocupa esta entrega- tiene que ver con la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), ha de responder a las características, necesidades y problemas imperantes en el momento histórico en el que ocurre.
El momento histórico en el que vive la sociedad mexicana (y la tabasqueña, por supuesto), está caracterizado por cambios vertiginosos en las estructuras y prácticas sociales básicas. “La globalización”, entendida como la apertura y desvanecimiento de las fronteras, se está inmiscuyendo en prácticamente todos los alcances sociales.
Los cambios que trae consigo la globalización se presentan en sectores tales como la política, la economía, la industria, el comercio, la ciencia, la tecnología, la comunicación, la religión, la familia y, por consiguiente, también abarca a la educación. Con base en la interrelación social, los cambios en un sector social repercuten en los demás sectores.
Dentro de unas cuantas horas, el rector de la UJAT Guillermo Narváez Osorio, rendirá su tercer informe de labores de este su primer periodo frente a la máxima casa de estudios superiores de los tabasqueños; y lo hará, en un marco de incertidumbre, de cuestionamientos, de falta de claridad y de total ausencia de la institución y de su comunidad (profesores-estudiantes), con la realidad que aqueja a Tabasco y los tabasqueños.
A decir de algunos especialistas en el tema educativo universitario, pareciera que la UJAT se quedó estancada en las décadas de los años 60 y 70, puesto que lo único en lo que ha modernizado, si acaso, es en la de algunas de sus instalaciones, pero en lo demás, se encuentra sumida en un letargo profundo.
Todavía, bajo el rectorado de Candita Gil Jiménez, la universidad se veía actuante y participativa, puesto que la entonces rectora, se movía en todos los círculos académicos, financieros y empresariales para conseguir presupuestos, convenios, acuerdos, inversiones y otros instrumentos para el desarrollo y la viabilidad educativa de sus estudiantes, egresados y de la misma institución.
Sin embargo, los tiempos actuales son diferentes; en descargo de Guillermo Narváez Osorio, el tacotalpense, mantiene una actitud pasiva, descansada y parsimoniosa, por lo que la universidad, no tiene voz, ni voto ni presencia en los grandes problemas y decisiones de Tabasco; dejar ser, dejar pasar, pareciera ser el estandarte.
Otra cosa a favor de Narváez Osorio, es que, si bien cuando estuvo al frente del Tribuna superior de Justicia (TSJ), pudo modernizar al poder judicial de Tabasco, ahora como cabeza principal de la UJAT, muy poco es lo que ha podido, querido o lo han dejado hacer.
El presupuesto de la UJAT, es absorbido en un 60 por ciento, según se nos ha informado, en el gasto corriente de su burocracia y cuestiones administrativas; otro 20 por ciento en los maestros y sus sindicatos (SPIUJAT y STAIUJAT); 10 por ciento más en investigaciones y el resto, o lo que quede, en alguna tarea de “crecimiento”.
Pareciera pues que la UJAT, no se supo preparar para la competencia y para la competencia académica, mucho menos; la nueva realidad del mundo, de México y, especialmente de Tabasco, tal pareciera que rebasó a la universidad, pues no tiene un amplio catálogo de carreras (Ingeniería Petrolera, Industria Digital); no tiene intercambios científicos y académicos (significa todo ello, erogación de recursos).
No tiene, o no se sabe de enlaces o acuerdos internacionales, tal a como los había anteriormente con países europeos, Estados Unidos, Canadá, Francia, España Rusia, Alemania; no hay intercambios, viajes, investigaciones, seminarios. Su decadencia, aseguran académicos y especialistas, se debe a que nunca se preparó para la competencia académica (válgase la redundancia) y, hoy, transita hacia el asilo de las instituciones que pasaron dejando poca huella (La UNAM y el Politécnico Nacional, son instituciones viejas, pero se siguen modernizando y actualizando día con día; ni qué decir del Tecnológico de Monterrey).
Hoy, existen en Tabasco más de dos docenas de instituciones educativas en el ramo profesional; contando Institutos tecnológicos, universidades tecnológicas, universidades particulares (mismas que entraron como Pedro por su casa y están absorbiendo a los rechazados y a los que desertan de la UJAT); ojo, algunas de estas instituciones privadas, llevan más de 15 años trabajando, lo que muestra que sí son negocio y opción educativa.
Para acabarla de amolar, el presidente terminó por enterrar a la UJAT, al lastimar profundamente al Conacyt y desaparecer los fideicomisos; pero su cereza del pastel, fue la creación de las “Universidades del Bienestar”, que propiamente regalan sus carreras- la universidad Benito Juárez (o, el mismo presidente), pagan a sus “estudiantes”, hasta 5 mil 800 pesos bimestrales para que ”estudien” ahí, las carreras de Derecho y Medicina.
Luego entonces, así no se puede, ya que la UJAT, se evidencia con todo esto, nunca se planteó en sus programas de gobierno universitario metas para la competencia en lo futuro; y hoy que la realidad la alcanzó, pues nomás no pueden, ni podrán, en caso de no modificar, actualizar y modernizar sus programas de estudios y de gobierno. Sin actualización, no hay ni como competir; en la UJAT, ni competencia, ni competente.
Jaque Mate** ¡Ah caray ¡, nos comentan allegados al titular del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), el tabasqueño Juan Antonio Ferrer Aguilar, que él también se apunta para competir por la candidatura de Morena al gobierno de Tabasco en el 2024** que tiene con qué y que tiene “cartel” en la entidad y con los tabasqueños, por lo que pronto se tendrán noticias de él** mientras tanto, hace sus “amarres”, en el centro del país y que, en Tabasco, sus amigos, ya lo mencionan como el tercero en discordia, ante tanto golpeteo, entre las bien llamadas “corcholatas tropicales”** estaremos al pendientefue todo por hoyhasta mañana Dios mediante.
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